Alta temperatura

La cerámica, aunque conocida durante miles de años, sigue cautivando por su belleza y singularidad. El método de producción no ha cambiado mucho a lo largo de los años.

Después de secar, cocino los moldes hechos de arcilla en el llamado «bizcocho» a una temperatura de 900 grados Celsius, en un horno especial. Luego, después de pintar, lo vuelvo a cocinar a una temperatura de 960 a casi 1500 grados Celsius.

Trabajando en forma y colores

El proceso de creación comienza dando a la arcilla la forma adecuada, la que soñamos (y que podemos crear con nuestras propias manos). Después de la primera cocción, la obra se esmalta o pinta, y solo después de la segunda cocción vemos los colores, que son únicos y a menudo impredecibles debido a las diferentes técnicas de combinación de colores, el grosor de las capas aplicadas y la temperatura de cocción. Por lo tanto, el efecto final después de abrir el horno es una verdadera sorpresa.

Realizando sueños

Mis sueños se hacen realidad después de ser revelados; algunas de las obras son mis deseos ocultos, que, después de ser creados en la materia, luego se convirtieron en realidad de acuerdo con el principio de la visualización de los sueños.

Arte aplicado

Mis obras consisten principalmente en arte aplicado. Me gusta crear objetos que se pueden usar todos los días y que son hermosos al mismo tiempo.

Mis primeras cerámicas hechas en Wrocław en 2017:

Fruta de granada
Caldera
Perséfone
Arrecife
Lata de guisantes
Pulpo
Cabeza de amapola
Gato egipcio
Cono
Laboratorio
Fósil
ceramia
Muñecas unidas por la cabeza

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