Pasteles al óleo, 42 x 29,7 cm
En la pintura, observamos un pintoresco amanecer lunar sobre el apacible océano, visto desde una encantadora playa en Gran Canaria. El cielo exhibe una paleta de tonos granate y rosados, enfatizando la atmósfera mística del momento. La luna asciende sobre el horizonte, arrojando una luz delicada sobre la superficie ondulante del mar.
En la esquina inferior derecha de la playa, emergen dos figuras, que más se asemejan a sombras que a personajes completamente formados. Sus siluetas están suavemente iluminadas por la luz de la luna, proyectando largas sombras en la arena. Estas figuras misteriosas hacen referencia a la antigua cultura de los habitantes de Gran Canaria, los Guanches.
Los antiguos habitantes que vivían en cuevas estaban profundamente conectados con la naturaleza, y sus vidas estaban estrechamente vinculadas a los ciclos y fenómenos naturales. Cuando levantaban la mirada hacia el cielo, los amaneceres lunares eran para ellos espectáculos extraordinarios, llenos de magia y misterio.
Todo esto también tenía un aspecto práctico para ellos. Los Guanches seguramente utilizaron el movimiento de la luna y otros cuerpos celestes para establecer calendarios, determinar estaciones y planificar actividades relacionadas con la vida diaria, como la caza y la recolección.
En última instancia, el amanecer lunar para los antiguos habitantes de las cuevas no solo fue un fenómeno astronómico, sino también un elemento significativo de su cultura, inspirando sus mitologías y leyendas y evocando emociones que enriquecieron su perspectiva del mundo.
